El Papa Francisco recibió a miembros de la Fundación Pontificia (Papal Foundation), a quienes recordó que en este tiempo pascual se celebra la resurrección del Señor y su triunfo sobre el pecado y la muerte. "Desde su creación, la fundación ha sido vehículo de esta alegría pascual, llevando la cercanía, la compasión y la ternura del amor de Jesús a tantos hermanos de todo el mundo", destacó.

El pontífice señaló que la Papal Foundation apoya diversos proyectos educativos, caritativos y apostólicos favoreciendo el desarrollo integral de muchos, incluidos los pobres, los refugiados, los inmigrantes y, actualmente, un número creciente de personas afectadas por la guerra y la violencia.

Al mismo tiempo, el Santo Padre, mencionó las becas que la Fundación Papal destina a laicos, consagrados, seminaristas y sacerdotes de países en vías de desarrollo, lo que les permiten proseguir sus estudios en las universidades pontificias de Roma y proporcionan a quienes las reciben, remarcó, los medios para dar un testimonio más eficaz del Evangelio tanto en sus países de origen como en otros lugares.

“A través de estas diversas y loables iniciativas, siguen ayudando a los Sucesores de Pedro a hacer crecer numerosas Iglesias locales y a atender a tantas personas desfavorecidas, en respuesta al encargo que el Señor hizo al Apóstol. Por toda su generosidad, les expreso mi más sincera gratitud", les manifestó.

"El trabajo de esta fundación, encuentra su fuente e inspiración en nuestra fe católica, que pide ser alimentada continuamente mediante la participación en la vida de la Iglesia, los sacramentos y el tiempo pasado en silencio en presencia del Señor en oración y adoración", les marcó el Papa y les pidió "continuar con la oración de adoración, que se ha descuidado y que hay que retomarla: adorar, en silencio".

La visita de la Fundación se produce durante el Año de la Oración, mientras la Iglesia se prepara para celebrar el Jubileo de 2025.

“Mediante la perseverancia en la oración, poco a poco llegamos a ser 'un solo corazón y una sola alma', tanto con Jesús como con los demás, y esto se traduce en solidaridad y en compartir el pan de cada día", dijo citantdo la carta a monseñor Rino Fisichella con motivo del Jubileo 2025.

"Este fruto de la vida espiritual es importante para este noble compromiso, porque los programas de la Fundación Pontificia fomentan un vínculo espiritual y fraterno con personas de muchas culturas, lenguas y regiones diferentes que reciben asistencia. Su servicio es tanto más necesario en nuestro tiempo, marcado por el individualismo y la indiferencia", concluyó.

FUENTE: aica.org