"No lavarse las manos" ante los desafíos actuales...

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El Papa Francisco pide “no lavarse las manos” ante los desafíos actuales.

En su homilía de la Misa celebrada en la Casa Santa Marta de este 16 de diciembre, el Papa Francisco pidió a los católicos “no lavarse las manos” ante los desafíos actuales.

Al reflexionar en el pasaje del Evangelio de San Mateo en donde Jesús dialoga con los jefes de los sacerdotes quienes le preguntan con cuál autoridad enseña en el templo, el Papa denunció las actitudes de los “cristianos tibios” como el “colocar a Dios en un rincón y lavarse las manos” que calificó como “actitudes de los mediocres, de los mentirosos de la fe”.

“No solo Pilatos se lavó las manos; también estos se lavan las manos: ‘No sabemos’. No entrar en la historia de los hombres, no involucrarse en los problemas, no luchar por hacer el bien, no luchar para curar a tanta gente que tiene necesidad… Mejor no. No nos manchemos”.

En esta línea, el Papa Francisco describió que Jesús respondió a estas actitudes “con la misma música: Tampoco yo les digo con cuál autoridad hago esto”.

“Estas son dos actitudes de los cristianos tibios… cristianos así: sin consistencia. Una actitud es colocar en el rincón a Dios: o me haces esto o no iré más a una Iglesia. ¿Y qué responde Jesús? Ve y arréglatelas”, alertó el Papa.

Además, el Santo Padre dijo que la otra actitud de los cristianos tibios es “lavarse las manos” como lo hicieron también los discípulos de Emaús en la mañana de la Resurrección, quienes vieron a las mujeres “alegres porque había visto al Señor” y no confiaron porque las mujeres tienen demasiada imaginación. Y así, el Papa dijo que entraron a la “confraternidad de san Pilatos”.

“Muchos cristianos se lavan las manos delante a los desafíos de la cultura, a los desafíos de la historia, a los desafíos de las personas de nuestro tiempo; también delante a los desafíos más pequeños. Cuántas veces sentimos al cristiano tacaño delante a una persona que pide limosna y no la da: ‘no, no doy porque estos se emborrachan’. Se lavan las manos. Yo no quiero que la gente se emborrache y no doy limosna. ‘Pero no tiene para comer…’ ‘Asunto suyo: yo no quiero que se emborrachen’. Lo escuchamos tantas veces, tantas veces. Colocar a Dios en el rincón y lavarse las manos son dos actitudes peligrosas, porque es como desafiar a Dios. Pensemos qué ocurriría si el Señor nos colocara en el rincón. Nunca entraríamos en el paraíso. Y ¿qué sucedería si el Señor se lavara las manos con nosotros? Pobrecillos”, relató el Papa.

En este sentido, el Pontífice calificó estas actitudes como de “hipócritas de educados” quienes colocan “en un rincón a la gente, porque es gente sucia” quienes piensan “yo delante a esto me lavo las manos porque son sus asuntos”.

Finalmente, el Papa invitó a examinar “si en nosotros hay algo del género” y, si existe, alentó a quitar estas actitudes “para hacer espacio al Señor que viene”.

Lectura comentada por el Papa Francisco:

Mateo 21:23-27
23 Llegado al Templo, mientras enseñaba se le acercaron los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo diciendo: «¿Con qué autoridad haces esto? ¿Y quién te ha dado tal autoridad?» 24 Jesús les respondió: «También yo os voy a preguntar una cosa; si me contestáis a ella, yo os diré a mi vez con qué autoridad hago esto. 25 El bautismo de Juan, ¿de dónde era?, ¿del cielo o de los hombres?» Ellos discurrían entre sí: «Si decimos: "Del cielo", nos dirá: "Entonces ¿por qué no le creísteis?" 26 Y si decimos: "De los hombres", tenemos miedo a la gente, pues todos tienen a Juan por profeta.» 27 Respondieron, pues, a Jesús: «No sabemos.» Y él les replicó asimismo: «Tampoco yo os digo con qué autoridad hago esto».