Celebración ecuménica en el aniversario de la Patria

"Es un buen momento histórico por la pandemia de derribar muros y crear puentes" dijo el pastor Jorge Buschiazzo en su mensaje. El Tedeum se realizó sin autoridades ni público y fue transmitido por redes sociales y señales de TV y radio desde la Basílica Natividad.

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En una situación extraordinaria que marca la historia del país y el mundo por la pandemia del coronavirus, nuestra ciudad no fue ajena a esa situación. La tradicional celebración del 25 de mayo no tuvo actos públicos y la única actividad institucional fue la celebración ecuménica realizada en la Basílica Natividad, el templo mayor de la ciudad.

La misma fue presidida por el presbítero Ernesto Agüera, el pastor Jorge Buschiazzo y contaron con la participación del padre César Zingerling. No olvidaron de disculpar la ausencia del padre Alejandro Saba, con quien completarían la trilogía de pastores que habitualmente comparten las celebraciones centrales del ecumenismo en la ciudad, capital provincial de dicha actividad.

En su mensaje a toda la comunidad el pastor Jorge Buschiazzo en su mensaje agradeció los dones a Dios por la familia, los alimentos y la pluralidad de la sociedad argentina. También pidió por las necesidades de este tiempo del pueblo argentino: «sabemos que son muchas y diversas», aclaró.

«Es un buen momento histórico por la pandemia de derribar muros y crear puentes, es un buen momento para encontrar soluciones a los conflictos pensando siempre en el bien común, apostando a la vida, al diálogo, al respeto, a la dignidad y a la libertad de cada persona», dijo el representante de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata.

«En una realidad argentina que nos golpea con su pobreza creciente, por la desigualdad social por la violencia y la corrupción, no queremos perder la esperanza de salir adelante» dijo el pastor al reflexionar sobre nuestra situación cotidiana.

«Estamos convencidos como hijos de Dios y ciudadanos de este país que de debemos superar para siempre la dádiva, la especulación financiera, el oportunismo y el clientelismo», entendió que se debe dejar atrás «el enriquecimiento a costa de nosotros y sí estamos seguros que hay un camino de crecimiento con la lógica del progreso, del trabajo, desde el respeto a las leyes e instituciones que sostienen y fundamentan nuestra democracia, de la solidaridad y de la honestidad», enfatizó.

La celebración tuvo la particular situación de ser realizada frente a las cámaras de los dos canales de TV (Play TV y Link TV) que lo transmitieron en directo y los teléfonos de los sacerdotes que reprodujeron la misma en las redes sociales de la basílica. Varias radios de la ciudad tomaron la señal televisiva y se sumaron al momento.

La particularidad de una iglesia en soledad, con sus puertas cerradas y sólo los sacerdotes sin barbijos, dejaron imágenes únicas que recordaremos por siempre en tiempos de coronavirus.

Finalizado el oficio religioso los sacerdotes no saludaron al público ni a las autoridades como ocurriría cada 25 de mayo, sino que se aferraron a sus teléfonos para mirar los textos y saludos que los fieles incorporaron durante la transmisión.

Tiempo especial e inolvidable para la ciudad, la provincia y el país. Tiempo para no olvidar y compartir como cimiento de una sociedad mejor donde el encuentro sea para disfrutar y crecer.

FUENTE: esperanzadiaxdia.com.ar