Reabren el debate sobre ciclovías y ciclocarriles en la ciudad de Rafaela

Piden que se reactive el plan del 2012, que preveía una red de ciclovías y ciclocarriles inconclusa. Pero también hay muchos obstáculos y se busca un consenso con los vecinos, ya que no son pocos los que resisten la instalación de ciclocarriles frente a sus propiedades, fundamentalmente en áreas comerciales.

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Un proyecto de ordenanza del concejal Miguel Destéfanis, que tuvo el acompañamiento de sus pares de Cambiemos, fue el disparador de una reunión virtual que se concretó ayer entre ediles de todos los bloques y la secretaria de Ambiente y Movilidad, María Paz Caruso, donde no faltaron los cruces picantes entre algunos concejales. El tema en debate es la construcción de nuevas ciclovías y ciclocarriles, que según el proyecto deberían estar terminadas en un plazo de 24 meses. La imposición del plazo no es un tema menor: la Municipalidad tiene en carpeta un plan de ciclocarriles y ciclovías que data del 2012, que prevé la ejecución de muchos kilómetros de vías de este tipo, pero que no se pudo concretar en su totalidad, ni mucho menos.


Concretamente, Destéfanis propuso la ejecución de ciclovías en Bv. Lehmann, entre avenidas Brasil-Salva y la plaza 25 de Mayo; en Bv. Yrigoyen desde Falucho hasta la futura rotonda de Fader y Estanislao del Campo; en Roca entre Ayacucho y Avda. Podio; y entre Brasil y Bv. Santa Fe siguiendo la traza de las vías muertas del FFCC Belgrano; así como otra que copie el recorrido de las calles internas de la plaza 25 de Mayo.
La iniciativa también apunta a generar ciclocarriles en Bv. Santa Fe, entre Aragón y Río de Janeiro; en Córdoba, desde la ciclovía de Gral. Obligado hasta el Bv. Santa Fe; en Primera Junta y Almirante Brown desde Roque Saénz Peña hasta Lehmann; y en Ameghino y O’Higgins desde Bv. Lehmann hasta el ferrocarril NCA.


La propuesta agrega que las ciclovías serán construidas con doble sentido, “asegurando la completa independencia entre el carril utilizado por automóviles y motovehículos y la vía exclusiva para bicicletas” -a la manera de lo que se hizo en Bv. Lehmann entre Ferré y Brasil, por ejemplo-; mientras que deberán tener un ancho mínimo de 2 metros y uno máximo de 2,40 m, mientras que los ciclocarriles deberán ser unidireccionales, respetando el sentido de la calle por la cual se trazan y compartiendo la misma cinta asfáltica de los autos”.


El proyecto también propone la ejecución de señalización vertical y horizontal para ciclistas y automovilistas. Y también sugiere que los ciclocarriles “serán construidos por la derecha siempre y cuando sea posible, ya que es el lugar del vehículo más débil y debe contemplar separadores físicos a una distancia mínima que indique que es una zona que el auto no debe invadir”.

Obstáculos

La propuesta de Destéfanis fue ingresada el primer día de septiembre de este año al Concejo y está bajo análisis de las comisiones respectivas. Por ahora, parece más un catálogo de buenas intenciones, no exento de miradas diversas. Algunas de esas visiones divergentes se plantearon ayer. Por ejemplo, cuando Destéfanis deslizó que “en los últimos 8 años no se hizo nada” en el tema ciclovías y ciclocarriles, lo que derivó en una áspera respuesta de Brenda Vimo, quien le recordó que los ciclocarriles de avenida Vieytes y la ciclovía a Bella Italia fueron inaugurados el año pasado. Y le expuso otros ejemplos menos simpáticos todavía: Vimo recordó el caso de la apertura del ciclocarril de calle Las Heras, que generó una resistencia tal entre los vecinos que hubo juntadas de firmas para que no se haga, ya que se limitaban los lugares de estacionamiento sobre la mano izquierda. La concejal peronista también manifestó que en esa oportunidad el demoprogresista Lisandro Mársico había estado junto a los vecinos, un dato que ya el día anterior Jorge Muriel había recordado cuando se discutió con la agrupación Rafaela en Bici el trazado de algunas ciclovías y ciclocarriles.


Si bien todos están de acuerdo con el planteo teórico de que las bicicletas están ganando terreno como medio de locomoción saludable, no contaminante y seguro -en la medida en que se lo preserve de los riesgos potenciales que implica la convivencia en las calles con vehículos de otras características y mayor porte-, y que se requiere de la infraestructura urbana necesaria -entendiéndola como una inversión con visión de futuro y no sólo como dato del presente- la creación de las ciclovías y ciclocarriles tiene también otros puntos a tener en cuenta.

Consenso

Paz Caruso, por ejemplo, destacó la necesidad de contar con un “consenso amplio” de la comunidad para el diseño y puesta en ejecución de los ciclocarriles. “No nos puede pasar más lo de Las Heras”, manifestó Caruso, a propósito de aquella resistencia expuesta por los frentistas. Por donde pasan los ciclocarriles siempre hay una resistencia inicial de los frentistas -especialmente si son comerciantes- porque se pierden lugares de estacionamiento, pero si existe la decisión política de llevar adelante una iniciativa de este tipo sin demagogias de ninguna clase, ciertamente esa resistencia se puede tornar muy relativa. La idea es que haya una discusión previa y que la instalación de los ciclocarriles no tome por sorpresa a nadie.


Por otra parte también hay cuestiones presupuestarias. Una ciclovía demanda una inversión más grande que un ciclocarril. Hasta el trazado de las mismas demanda el análisis de distintas cuestiones. Por ejemplo, el proyecto de Destéfanis plantea que los ciclocarriles se hagan por la derecha, que es donde están las paradas del transporte público. En ningún lugar del país los ciclocarriles invaden los espacios reservados para las paradas del transporte público y tampoco en Rafaela, por eso en Vélez Sarsfield, en Lisandro de la Torre, en Falucho y en otros lugares de la ciudad los ciclocarriles inexorablemente están a la izquierda.


El debate de ayer, vía Zoom, incluyó también la exhibición de algunas estadísticas y estudios hechos por la Municipalidad este mismo año, por ejemplo, en el ciclocarril de Las Heras. Un relevamiento sobre la circulación en el sector -en días sin clases, cabe acotar, ya que el muestreo se realizó en febrero- indica que menos de la mitad de los ciclistas que circulan por la zona utilizan el ciclocarril.


No obstante, Caruso reconoció que falta mucho en materia de construcción de información, que la red de ciclovías y ciclocarriles no está integrada de la manera deseada -muchos circuitos se cortan y quedan aislados unos de otros, como sucede con la ciclovía de los canteros de Ernesto Salva, o el ciclocarril/ciclovía de Bv. Lehmann, que no llega hasta el centro; o la ciclovía de barrio Italia, sobre las vías del FFCC Belgrano- y que hay mucho por hacer.


Citó entre los objetivos del área a su cargo “involucrar a la ciudadanía en la toma de decisiones, generar un espacio de debate y diálogo, co-gestionar, co-planificar y co-diseñar un proyecto integral, invertir en movilidad activa. También abogó por una mayor construcción y acceso a la información, poner a los peatones y ciclistas como prioridad en el desarrollo de la ciudad y generar independencia a grupos vulnerables.
El tema sigue en discusión y es de esperar que, de la contribución respetuosa de todos al debate general, surja un consenso que mejore la calidad del tránsito y contemple el rol importante de la bicicleta en la movilidad urbana.

FUENTE: diariocastellanos.com.ar