15 de Noviembre es fundada la ciudad de Santa Fe

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Historia de la ciudad de Santa Fe...

Plano de Santa Fe en 1824.

La ciudad de Santa Fe fue fundada el 15 de noviembre de 1573 por el explorador español Juan de Garay.

 

Fundación de Santa Fe.

Por orden del Virrey, partiendo de la ciudad de Asunción (actual República del Paraguay), Juan de Garay, en su carácter de Capitán y Justicia Mayor en la conquista y población del Brasil y Río de la Plata, fundó la ciudad de Santa Fe el 15 de noviembre de 1573.

“fundo y asento y nombro esta ciudad de Santa Fe, en esta provincia de Calchaquíes y mocoretáes, por parecerme que en ella hay las partes y cosas que conviene para la perpetuación de la dicha ciudad de agua y leñas y pastos, pesquerías y casas y tierras y estancias para los vecinos y moradores de ella y repartirles, como su Majestad lo manda y asiéntola y puéblola con aditamento que a todas las veces que pareciere o se hallare otro asiento más conveniente y provechoso para la perpetuidad, lo pueda hacer de acuerdo y parecer del Cabildo y Justicia que en esta ciudad hubiere, como pareciere que al servicio de Dios y de su Majestad convenga; y porque su Majestad manda a los Gobernadores y Capitanes que así poblaren y fundaren nuevos pueblos y ciudades, les da poder y comisión para que puedan nombrar en su real nombre, Alcaldes y Regidores y para que tengan en justicia y buen gobierno y policía las tales ciudades o pueblos, así yo, en nombre de su Majestad y de dicho Señor Gobernador, nombro y señalo por alcalde a Juan Espinosa y a Ortuño de Arbildo y por Regidores a Benito de Morales Hernando de Salas y a Mateo Gil y a Domingo Ramírez y a Lázaro Beñalvo y a Juan Santa Cruz y así, en nombre de su Majestad v de dicho Señor Gobernador, les doy poder y facultad para que usen y ejerzan los dichos oficios de Alcalde v Regidores en aquellas casas y cosas convenientes a ellos tocantes (…)”

Fragmento del Acta de la fundación de Santa Fe

El Acta de Fundación señala que los límites de su jurisdicción eran:

Otrosí: nombro y señalo por Jurisdicción de esta ciudad por la parte del camino del Paraguay hasta el Cabo de los Anegadizos y chicos y por el río abajo camino de Buenos Aires veinticinco leguas más avaxo de Santi Spiritus, y assia la parte de El Tucuman cinquenta leguas á la tierra adentro desde las Barrancas de este Río y de la otra parte del Paraná otras cinquenta.

Acta de Fundación de Santa Fe.

De acuerdo al acta, los límites originales llegaban por el norte hasta cerca del arroyo del Rey, por el sur hasta el Pago de los Arroyos (al sur del después del arroyo del Medio), al este hasta el río Corriente y al oeste hasta el Pozo Redondo.

Garay fue el primer teniente de gobernador de Santa Fe, quedando el territorio instituido como Tenencia de Gobierno de Santa Fe. Los primeros alcaldes del cabildo fueron Juan de Espinosa y Horduño de Arbillo.

La primera ciudad urbanizada en el Río de la Plata.

En 1573, cuando Juan de Garay baja a fundar Santa Fe, trae consigo la experiencia urbanística ensayada desde principios de siglo por otros conquistadores, consagrada ese mismo año por Felipe II en sus Ordenanzas de Nueva Población.

Establece una traza a modo de cuadrícula, con once manzanas de norte a sur y seis de este a oeste, respetando la tradición que disponía que la Plaza en las ciudades ribereñas -marítimas o fluviales- se ubicara a una cuadra de la orilla de la costa, en este caso del río de los Quiloazas -como se lo llama en el acta de fundación- actualmente San Javier.

La Plaza sería, como en todas las ciudades hispanoamericanas, el centro vital del poblado; lugar donde el vecindario se congregaba -entre otros motivos- cuando la autoridad militar lo requería para mostrar sus recursos bélicos en caso de necesidad, para hacer públicos sus regocijos o para mercar los productos de la tierra o venidos en tropas de carretas.

Las manzanas trazadas, todas cuadradas e iguales, fueron divididas en cuatro solares y cada uno de ellos fue adjudicado a los participantes de la expedición fundadora. En la periferia se las dejó enteras, constituyendo las "cuadras" de las que hacen referencia los vecinos de la ciudad en los documentos de la época. Todo ello fue dibujado en un plano, según consta en el acta fundacional:

"Otro si, mando que el asiento y repartimiento de los solares y casas de los vecinos de esta ciudad se edifiquen y asienten y se guarden conforme una traza que tengo señalada en un pergamino, que es hecho en este asiento y ciudad de Santa Fe, hoy domingo quince de noviembre de 1573 años".

Revolución de los Siete Jefes.

La Revolución de los Siete Jefes fue un hecho ocurrido el 19 de junio de 1580 por la pretensiones del gobernador de Tucumán, las cuales eran ganar territorio para que Tucumántenga salida al mar a través del Río Paraná y pretendían la destitución de Juan de Garay como Teniente y hacerse cargo del gobierno,los revolucionarios fueron Lázaro de Venialvo, Diego de Leiva, Domingo Romero, Pedro Gallego, Diego Ruiz, Rodrigo de Mosquera y Francisco Villalta.1​ La rebelión terminó con la muerte de algunos de ellos que fueron ajusticiados en la ciudad de Santa Fe y otros, Cristóbal de Arévalo, Rodrigo de Mosquera y Francisco Villalta, lo fueron en Santiago del Estero a manos del gobernador Hernando de Lerma.2

Un acta de Cabildo de Santa Fe con fecha 26 de abril de 1588, precisó los límites de su jurisdicción, señalando que con Corrientes la separaba el remate de los anegadizos grandes; con Santiago del Estero: las Cruces grandes, que es arriba del pantano grande, encima de las tapias de Marchinsacati; con Córdoba: el Pozo redondo, que son los términos que Juan de Garay señaló; y con Buenos Aires: con los querandíes, que están en la mitad del camino de Buenos Aires, que es el riachuelo, que es abajo de la Matanza.

Traslado de la ciudad.

Convento de San Francisco, terminado hacia 1680.

En la década de 1620 la ciudad contaba con no más de 150 vecinos, y una población total de unos 1000 habitantes.4

Iglesia de San Francisco en el Sitio Arqueológico "Santa Fe, la vieja". Cayastá. Se observan los restos de los primeros pobladores de Santa Fe que vivieron hace más de 400 años. Pueden ser considerados los primeros argentinos de acuerdo a Del Barco Centenera.

La ciudad fue trasladada unos 80 km a su actual ubicación entre el 5 de octubre de 16505​ y diciembre de 1660.67​ Los motivos tenían que ver con el aislamiento que sufría la zona producto de las crecientes y constante erosión de sus barrancas. También el avance de nuevos grupos indígenas asolaban la región como los guaycurúes. El tiempo, el río y la tierra terminaron sepultando a Santa Fe la Vieja89​ (así llamada históricamente).

Plano de Santa Fe en 1824.

Desde entonces, la nueva ciudad se llamó Santa Fe de la Vera Cruz, toda una réplica de la fundada por Juan de Garay con rasgos idénticos al original. Ningún vecino perdió sus derechos y sus terrenos. La autorización real para el traslado llegó recién en 1670.

En el siglo XX, después de 300 años, Agustín Zapata Gollán encontró el lugar exacto de la ciudad original (cuyo registro el cabildo local no había mantenido oportunamente), y se fundó allí un Museo Arqueológico conmemorativo.

En la ciudad de Santa Fe tuvo lugar la primera yerra —imposición de marca al ganado— de que exista registro en toda América. Sor Josefa Díaz y Clucellas, quien desarrolló su obra en la ciudad, es considerada la primera pintora con firma del continente.

Año 1924. Construcción del puente colgante.

A principios del siglo XX, era indispensable poseer un servicio de agua potable en una ciudad que ya contaba con más de 40 mil personas. Muchos proyectos fueron presentados, y construidos pero no se pudieron realizar. En 1920 comenzó a construirse un puente-acueducto de cemento armado, pero solo pudo terminarse un solo pilotaje, pues las aguas no descendían. Las autoridades nacionales se decidieron a la construcción del puente colgante en 1921, que debería ser mejor pensado que sus predecesores. Fue nombrado como el santafesino Marcial Rafael Candioti, presidente de Obras Sanitarias de la Nación en aquel momento. Este organismo se encargó de dibujar los planos que sirvieron para la licitación del puente en la década del 20. Estos mismos planos fueron utilizados en la reciente reconstrucción del puente colgante.

Cabildo de Santa Fé 1876 donde se firmó la Constitución Argentina.

Entre las figuras políticas se recuerda a su caudillo, Brigadier Gral. Estanislao López, jefe de Blandengues durante la colonia, quien tuvo una fuerte participación en la época de Rosas, conocido como el "Patriarca de la Federación". Santa Fe es la cuna de la Constitución de la Nación Argentina de 1853 y sede de la Convención reformadora de 1994.

Cuna de la Constitución.

Santa Fe es la cuna de la Constitución de la Nación Argentina de 1853 y sede de la Convención reformadora de 1994.

Publica José Lopez Rosas10​ que "A pesar de todos los intentos de Buenos Aires de obstaculizar la obra constitucional del general Urquiza, el 8 de noviembre de 1852, en su carácter de director provisorio de la Confederación, Urquiza da un decreto donde declara que el Congreso General Constituyente será instalado solemnemente en la ciudad de Santa Fe el día 20 de ese mes; estableciendo que dicha fecha será considerada en todas las provincias como “fiesta nacional” , al par que resuelve que el “director provisorio y los diputados al Congreso concurrirán el mismo día 20 aun solemne tedéum en la iglesia matriz de Santa Fe, antes de proceder al acto de instalación”.

Dice Mateo Booz que: "Van entrando los delegados al Cabildo, con sus indumentos de mejor uso, la varita de ébano en las manos enguantadas y los pantalones tirantes con la trabilla. Los representantes se acomodan en los sillones de damasco punzó de la sala alta, frente a la mesa presidencial. Un Cristo extiende los brazos en el testero. En las lisas paredes de ladrillo cocido y cal de Paraná tiene una reverberación violenta la luz que viene del exterior. De la mitad del techo pende un quinqué con una bola de aceite de potro para alimentar los mecheros. Afuera está formada la tropa provincial. Estallan los cohetes y se remonta la vocinglería regocijada del populacho. Desde las torres de las iglesias atalayan unos monagos, esperando la señal de los repiques. El General Urquiza no concurre a la ceremonia: debe detener la invasión de Madariaga y el avance de Hornos, encargados de desbaratar la Convención de Santa Fe.11

Don Manuel Leiva y el doctor Juan Francisco Seguí, representan a Santa Fe; Juan María Gutiérrez y José Ruperto Pérez, a Entre Ríos; Juan del Campillo y Santiago Derqui, a Córdoba; José Benjamín Gorostiaga y el presbítero Benjamín Lavaise, a Santiago del Estero; Martín Zapata y Agustín Delgado, a Mendoza; Pedro Díaz Colodrero y Luciano Torrent, a Corrientes; Salvador María del Carril y Ruperto Godoy, a San Juan; Fray José Manuel Pérez y Salustiano Zavalía, a Tucumán; Delfín Huergo y Adeodato de Gondra (sustituido por Juan Llerena), a San Luis; Facundo Zuviría y Eusebio Blanco, a Salta; Pedro Ferré y Pedro Alejandrino Centeno, a Catamarca; Manuel Padilla y José Quintana, a Jujuy; y Regis Martíneza La Rioja. Es elegido para presidente el doctor Facundo Zuviría, y en carácter de secretarios el doctor Juan Francisco Seguí y Delfín Huergo.

El 20 de noviembre tiene lugar la solemne instalación del soberano Congreso Constituyente en los altos del Cabildo. La asamblea pasa a designar a la Comisión de negocios constitucionales, encargada de redactar el proyecto de ley fundamental siendo elegidos los diputados Manuel Leiva, Juan María Gutiérrez, Pedro Díaz Colodrero, José Benjamín Gorostiaga y Pedro Ferré.

Por fin, luego de un afanoso bregar, la Comisión de negocios constitucionales da término a su labor, presentando en la sesión del 18 de abril su ansiado proyecto. Inmediatamente se dio lectura al proyecto de Constitución Nacional y al informe respectivo producido por la Comisión de negocios constitucionales.

Así como el Cabildo abierto del 22 de mayo de 1810 representaba la verdadera revolución argentina, su íntima estructura, así también la sesión del día 20 de abril de 1853 es la piedra angular donde descansa la Constitución Nacional. Dos tendencias, dos teorías pugnaban en torno de la sanción de la ley suprema que se presentaba en esa oportunidad a examen de la honorabilidad. En la mayoría de las discusiones dos grupos evidenciaron su ideología, dos sectores arraigados en el pasado histórico argentino, que definían una posición espiritual acorde con las corrientes políticas del momento. Por un lado, la corriente liberal, con Gorostiaga, Seguí, Gutiérrez, Zapata, Huergo y otros, identificados con el pensamiento de aquellos; por otra parte, la tendencia conservadora, con el doctor Zuviría a la cabeza, Pedro Centeno, Manuel Leiva, Fray Manuel Pérez y otros delegados menos apasionados.

El tratamiento de los artículos religiosos motiva en todos los sitios comentarios y discusiones con la ardorosa participación de las mujeres. El doctor Leiva ha querido que se introduzcan en ios textos las profesiones de fe. Es un sacerdote precisamente —el padre Lavaisse, de Santiago del Estero —, quien le ha salido al cruce. Ha sostenido este sacerdote que la

Constitución no puede intervenir en las conciencias, sino regular solamente el culto exterior. Lo que ha producido deplorable efecto es la actitud del doctor José Benjamín Gorostiaga, también de Santiago del Estero, propugnador de la libertad de cultos. Este santiagueño se ha enajenado con la ocurrencia la simpatía de la gente de la ciudad. Ya por ahí lo tildan de hereje y, para conjurarlo, algunos, a su paso, cruzan dos dedos. El doctor Gorostiaga habita en los altos de la alfajorería de Merengo, y noches anteriores le han untado con suciedades el pasamano de su escalera.

El 1 de mayo de 1853, convocados en sesión extraordinaria los señores diputados, luego de aprobar las actas pendientes de reuniones anteriores, se procedió a la lectura de la Constitución Nacional en su texto definitivo, a fin de asegurar la redacción dada a las reformas parciales producidas durante los diversos debates. A propuesta del diputado Gorostiaga fueron firmando los señores constituyentes por el orden alfabético de las provincias, el texto constitucional.

La firma de la Constitución provocó singular alborozo en toda la Nación. En Santa Fe, ese mismo día, don Domingo Crespo, su gobernador, organizaba una recepción en honor de los constituyentes. Para el 25 de mayo, queriendo festejar dignamente ambos acontecimientos, donó la suma de veinticinco pesos y una barrica de cerveza al Club del Orden, para contribuir al baile que la recién fundada institución (la primera del país junto al Club Progreso de Bs As.) daba en honor de los constituyentes.

Pactos y tratados.

. Corrientes adhirió el 29 de septiembre del mismo año. Hola

Descubrimiento de las ruinas de Santa Fe.

Las ruinas de ciudad de Santa Fe la Vieja son un complejo digno de visitar, con un museo de más de 2 km² donde se han restaurado varias de las construcciones originales.

En 1796, Félix de Azara señalaba en su mapa que Santa Fe la Vieja se fundó en el sitio que hoy tiene el pueblo de Cayastá. Ello dio lugar a discusiones, por la cantidad de lugares y asentamientos que se planteaban.

El topónimo Cayastá había sufrido varios desplazamientos: en 1607 se conocía una reducción de los Cayastá, e incluso una estancia de Cayastá. Pero el primitivo Cayastá se funda en 1750 y es una reducción de indios, a orillas del Saladillo Amargo. En 1764 se traslada la reducción con el nombre de Cayastá Chico, o Cayastacito, al sitio que actualmente lleva ese nombre. Y en 1794, se trasladó al sitio del actual pueblo y colonia Cayastá en la margen derecha de un brazo del Paraná que llevaba el nombre de Río del Pueblo Viejo.

El Dr. Agustín Zapata Gollán comenzó a trabajar en 1949 en Cayastá. Había confeccionado un proyecto que fue aprobado por la Legislatura de la provincia de Santa Fe el año anterior, con el fin de establecer definitivamente el lugar de la fundación.

Se sabía por tradición que la primera ciudad de Santa Fe fundada por Juan de Garay estuvo en Cayastá, pero no se sabía con certeza el lugar. Los colonos de la Colonia Cayastá, fundada hacía 100 años, llamaban a un lugar al sur del poblado Santa Fe Viejo.

Una serie de visitas y algunos sondeos le llevaron de inmediato a la convicción de que ahí habían existido algunas construcciones del período hispánico. En julio de 1949 inició los trabajos comenzando por una loma donde se habían colocado las placas en homenaje al fundador.

El resultado de la primera excavación fue el descubrimiento de escombros formados por el derrumbe de un techo de teja que cubría algunos fragmentos de muro de tapia y los cimientos, también de tapia, de un recinto de 38,4 m x 8,2 m de norte a sur, dentro del cual la exploración puso de manifiesto una serie de sepulcros con restos humanos en distintos grados de conservación. Zapata Gollán supuso que podría ser la iglesia de San Francisco, pues la existencia de sepulcros dentro de su recinto demostraban inequívocamente que eran los restos de una iglesia.

Mientras sucesivas excavaciones exhumaban las ruinas de las casas vecinas, tomando como punto de partida los muros del lado oeste de la iglesia, midió hacia el oeste dos cuadras con sus calles respectivas, y luego una cuadra hacia el norte, con el mismo rumbo y las mismas medidas de las calles y manzanas del barrio viejo de la actual Santa Fe, y aparecieron las ruinas de las otras iglesias.

La ubicación de las tres iglesias encontradas, San Francisco, Santo Domingo y La Merced, coincidía con las de la ciudad trasladada. Con el mismo procedimiento, fueron ubicadas las ruinas del Cabildo y la Casa de Gobierno, y otras edificaciones.

Entre los sepulcros identificados en la iglesia de San Francisco, se encuentran los del primer gobernador criollo del Río de la Plata Hernandarias de Saavedra, y su esposa, Jerónima de Contreras, y los del Capitán Alonso Fernández Montiel y su hija.

Entre las ruinas se han encontrado gran cantidad de piezas que corresponden a una ciudad hispano-americana: ladrillos, tinajas, cerámica Talavera de la Reina, cerámica vidriada, cerámica indígena, campanas de bronce, herramientas, estribos, candados y espuelas de hierro, eslabones de cadenas, clavos y regatones, monedas, etc.

En junio de 1950, el Dr. Zapata Gollán invitó a la Academia Nacional de la Historia a pronunciarse definitivamente sobre la autenticidad de sus descubrimientos. Al año siguiente, la institución enviaba al Dr. Raúl A. Molina y el R.P. Guillermo Furlong Cardiff, quienes visitaron las ruinas en 1952 y elevaron un detallado informe que les fue aprobado gracias a los planos, fotografías y croquis que demostraban fehacientemente la autenticidad de los hallazgos como pertenecientes a la antigua Santa Fe, fundada por Garay en 1573.

El 25 de marzo de 1957, las ruinas de Cayastá fueron declaradas "Monumento Histórico Nacional". Desde 1973 funciona allí el "Museo del Descubrimiento y Población del Río de la Plata" que depende del Museo Etnográfico de la actual ciudad de Santa Fe.