Luego del rezo mariano del Ángelus, el pensamiento y las oraciones del Papa Francisco se dirigieron a las víctimas de los devastadores incendios desatados en el centro de Chile, particularmente en la región de Valparaíso.

“Recemos por los muertos y heridos en los devastadores incendios que asolan el centro de Chile”, manifestó el Pontífice. Según las cifras oficiales, son ya 51 las víctimas que fueron alcanzadas por el fuego. Cáritas Chile y Cáritas Valparaíso emprendieron una campaña de recolección de dinero para apoyar a los afectados. 

Además, varios obispos convocaron a cadenas de oración para rezar y pedir por las víctimas de los incendios, sus familias y comunidades, y también por los organismos que están trabajando para controlar las llamas y asistir a familias y ciudadanos afectados.

Valor y don de cada vida humana

En el día en que Italia se celebra la Jornada por la Vida, el Pontífice subrayó que la vida “tiene dos declinaciones: don y valor”. 

Me uno a los obispos italianos en el deseo de que se superen las visiones ideológicas para redescubrir que toda vida humana, incluso la más marcada por las limitaciones, tiene un valor inmenso y es capaz de dar algo a los demás”, enfatizó.

El Papa dirigó también un saludo a los consagrados y consagradas de más de 60 países que participan en el encuentro "Peregrinos de esperanza en camino hacia la paz", promovido por el Dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica.

"Peregrinos de esperanza, en camino hacia la paz" es el tema del Jubileo de la Vida Consagrada que se celebrará en Roma los días 8 y 9 de octubre de 2025, pero hasta la fecha más de 300 representantes de diferentes formas de vida consagrada se han reunido en Roma en un encuentro preparatorio al Jubileo; un momento para compartir experiencias de vida y misión.

Finalmente, saludó a un grupo de estudiantes de Badajoz (España) y a los de la Escuela Salesiana "Sévigné" de Marsella, a los fieles polacos de Varsovia, a los grupos de San Benedetto del Tronto, Ostra y Cingoli, a los jóvenes de la Inmaculada Concepción y a algunos japoneses presentes en la Plaza de San Pedro.

FUENTE: aica.org