El Papa: la caridad es una virtud difícil de practicar, 'si no se vive en Dios'

Francisco reflexiona sobre la "caridad" en su audiencia general. La caridad "viene de Dios y está dirigida hacia Dios, y nos permite amar a Dios, y a nuestro prójimo como Dios lo ama".

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El Papa Francisco centró este miércoles su pensamiento en la virtud teologal de la caridad, mientras continuaba su serie de catequesis sobre los vicios y las virtudes.

Comenzó su reflexión con el pasaje de san Pablo: “Permanecen, pues, la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor."

El Santo Padre señaló que esas palabras estaban dirigidas a los cristianos de Corinto, que sufrían divisiones y conflictos, incluso en la celebración eucarística.

La virtud de la caridad viene de Dios
“Quién sabe, pero tal vez en la comunidad de Corinto nadie pensó que había cometido un pecado”, dijo el Papa. Si ese fuera el caso, podrían haber encontrado “incomprensible” la condena de Pablo a su conflicto.

Aunque podrían haber imaginado que eran personas buenas y amorosas, San Pablo los interpeló sobre la verdadera caridad, que viene de Dios. “A Pablo le preocupa que en Corinto –como también entre nosotros hoy– haya confusión y que, en realidad, no quede rastro de la virtud teologal, la que nos viene sólo de Dios”, dijo Francisco.

'Un amor más grande'
Como todo ser humano, explicó el Papa, los cristianos son capaces de “todas las formas de amor del mundo”: el amor romántico, el amor a los amigos, a la patria, a la humanidad.

"Pero hay un amor mayor", dijo, "que proviene de Dios y se dirige hacia Dios, y nos permite amar a Dios... y amar a nuestro prójimo como lo hace Dios".

Ésta es la virtud de la caridad, que nos permite no sólo amar a nuestros amigos y familiares, sino amar incluso a aquellas personas a las que es difícil amar. "Esto es 'teológico'", dijo el Papa, porque "viene de Dios, es obra del Espíritu Santo en nosotros".

Una virtud difícil de practicar
Recordando el Sermón de la Montaña, el Santo Padre mostró que Jesús reveló el amor “como una teología que asume el nombre de caridad”. Es una virtud difícil de practicar, incluso imposible “si no se vive en Dios”.

Pero más allá de los amores y afectos normales del corazón humano, dijo: “El amor cristiano abraza lo que no es amable, ofrece perdón, bendice a quienes maldicen. Es un amor tan ardiente que parece casi imposible y, sin embargo, es lo único que quedará de nosotros”.

Y concluyó advirtiendo que, en nuestros momentos finales, “no seremos juzgados por el amor genérico, sino precisamente por la caridad”, y citó las palabras de Jesús: “En verdad les digo, como lo hiciste con uno de estos mis hermanos más pequeños, conmigo lo hiciste”.

FUENTE: aica.org