El 20 de agosto de 2024 se cumplirán diez años del inicio de un gesto "sui generis", nacido espontáneamente en Rímini y ampliado con el tiempo a otras trece ciudades italianas y europeas, y con la participación también de veintisiete monasterios y claustros de Europa.
Se trata de una iniciativa de oración, intercambio de testimonios y colecta de ayudas llamada "Llamamiento a lo humano", que va dirigida a los cristianos perseguidos y especialmente a los de Oriente Medio que, el próximo martes 20 a las 20.30, en la plaza Tre Martiri de aquella ciudad italiana, contará con la presencia también del obispo de Rímini, monseñor Nicolò Anselmi.
Mensaje del Papa
En un mensaje con motivo del aniversario, el Papa Francisco se alegra de conocer las actividades de sensibilización llevadas a cabo por el Comité para los Cristianos Perseguidos, llamado Nazarat, "con especial atención en los numerosos hermanos y hermanas que viven en las tierras afectadas por terribles conflictos", y comparte la "alegría experimentada" en los últimos años.
"Gracias por su testimonio de amable caridad, de cercanía y, sobre todo, de unión en el dolor con los pueblos heridos por la injusticia, la opresión, el odio y la codicia. Toda la humanidad, hoy más que nunca, necesita la Buena Noticia de la paz, y todo cristiano está llamado a anunciarla y compartirla", escribe.
El deseo de Francisco es que, "quienes se adhieran a la iniciativa, continúen promoviendo una cultura de respeto hacia todos, de acogida y de fraternidad inclusiva", con la ayuda de María, Madre del Socorro.
"Que Ella encienda en nuestras almas la luz de la esperanza, para atrevernos a esperar un futuro de serenidad y armonía", concluye.
El valor de rezar por la paz en las plazas
"Agradezco profundamente su solidaridad y sincera compasión por sus hermanos y hermanas perseguidos hasta el martirio por amor a Jesús": al igual que el Papa, el patriarca sirio-católico de Antioquía, Ignacio Youssef III Younan, también expresó en un mensaje su cercanía a la iniciativa de oración de Rímini, que califica de "encuentro valiente", porque lleva a las plazas una oración por la paz.
La Iglesia sirio-católica de Antioquía, escribe el patriarca, está "sufriendo mucho", al tiempo que recuerda el "criminal desarraigo" de los cristianos de la llanura de Nínive (Irak), que tuvo lugar entre el 6 y el 7 de agosto de hace diez años, por parte de milicianos del autodenominado Estado Islámico (EI). "Un gran número de ellos están ahora dispersos por todo el mundo", recuerda, y renueva el llamamiento a "permanecer firmes en la fe y la esperanza".
La solidaridad del párroco de Alepo
También llega al Comité "Nazarat" un mensaje del franciscano Bahjat Karakach, párroco de la comunidad latina de Alepo, que ofrece una visión de lo que unos trece años de guerra han dejado como dramático legado a Siria. "Hoy se ciernen sobre esta región oscuros nubarrones de guerra, violencia y destrucción, ocupación ilegítima y formas de extremismo religioso", ante el "silencio indiferente o cómplice de muchos, especialmente de aquellos que tienen el poder de hacer algo y no lo hacen".
"Seguimos viviendo - continúa- en condiciones muy duras", y los esfuerzos de la Iglesia local, informa, se dirigen casi todos a "animar a los jóvenes a quedarse en nuestro país y a ser proactivos para contribuir a su resurgimiento".
Por ello, el padre Karakach valora muy positivamente la oración que se promueve, cada 20 de agosto, en Rímini y ahora en otras plazas de ciudades de Italia y de Europa, instando a la gente a "no detenerse".
"Es un don precioso para nosotros, que a menudo nos sentimos olvidados por el mundo, contar con personas solidarias como vosotros, que piensan en nosotros y se entregan para ayudarnos", escribe el párroco de Alepo, y asegura que, de este testimonio de solidaridad, nace un "empuje no indiferente para continuar nuestra lucha cotidiana e intentar, por todos los medios, superar las inmensas dificultades para la supervivencia, tanto material como también de la identidad de una comunidad milenaria, que corre el riesgo de extinguirse. Su cercanía es un verdadero don de comunión en Cristo, una comunión que supera todas las fronteras creadas por el odio y la indiferencia".
Diez años de rosarios por la paz mundial
El evento "Llamamiento a lo Humano" nació en agosto de 2014, tras la expulsión de los cristianos de la llanura de Nínive (Irak) por parte del EI, en la noche del 6 al 7 de agosto de 2014.
En pocas horas, 125.000 cristianos se vieron obligados a abandonar sus hogares y dirigirse al Kurdistán interior, mientras que otros 110.000 permanecen como refugiados en las zonas de Erbil y Duhok.
Las casas de las familias cristianas fueron marcadas por los milicianos islámicos con la letra inicial de la palabra "nazarat", es decir, "nazareno".
El 20 de agosto siguiente, algunos centenares de personas se reunieron en la plaza central de Rímini para rezar el rosario por esos cristianos, escuchar algunos testimonios y recoger ayuda. En efecto, en estos diez años, la iniciativa Nazarat (que tomó su nombre de esas marcas dejadas por los guerrilleros musulmanes) ha recogido varias decenas de miles de euros para contribuir a mejorar las condiciones de vida de cientos de familias vulnerables, sobre todo en Siria e Irak.
FUENTE: aica.org