El Papa en Indonesia refuerza el llamamiento al diálogo interreligioso

Francisco visitó la mezquita más grande del sudeste asiático y advirtió sobre "crisis dramáticas que amenazan el futuro de la humanidad".

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El Papa Francisco visitó hoy la mezquita Istiqlal de Yakarta, la más grande del sudeste asiático, y pidió el diálogo entre religiones, para combatir el "fundamentalismo y el extremismo" y crear "lazos" de amistad.

El Santo Padre recordó en su discurso que los lugares de culto son espacios de diálogo, respeto y convivencia; que mirando en profundidad, en lo más íntimo, el deseo de plenitud en camino hacia Dios nos hace hermanos, más allá de las diferencias; y que los valores comunes a todas las tradiciones religiosas ayudan a la sociedad a erradicar la cultura de la violencia y de la indiferencia.

En el país musulmán más poblado del mundo, el Obispo de Roma también estuvo presente en el "túnel de la amistad", un pasaje subterráneo que une la catedral Nuestra Señora de la Asunción con la esa mezquita. Si bien el Papa se refirió al miedo que puede provocar un túnel, reconoció que allí representa amistad, concordia y apoyo mutuo que los conduce hacia la luz plena.

"Nosotros creyentes, que pertenecemos a diferentes religiones, tenemos el rol de ayudar a todos a atravesar el túnel con la mirada dirigida hacia la luz, para reconocer al hermano con quien compartir la vida y sostenerse mutuamente", manifestó, advirtiendo que a las numerosas señales de amenaza y a los tiempos oscuros, "debemos contraponer el signo de la fraternidad".

El Corán y la Biblia como espacios de diálogo
El canto de un pasaje del Corán por parte de una joven y la lectura del Evangelio de Lucas hecha por un sacerdote, abrieron el encuentro interreligioso, bajo la gran carpa colocada en el exterior de la mezquita. 

Tras las palabras de bienvenida del Gran Imán, Nasaruddin Umar, la lectura y firma de la Declaración Conjunta de Istiqlal 2024', el Papa recordó que esa mezquita fue diseñada por el arquitecto Friedrich Silaban, un cristiano, al demostrar que, en la historia de Indonesia y su cultura, los lugares de culto "son espacios de diálogo, de respeto recíproco, de convivencia armoniosa entre las religiones y las diferentes sensibilidades espirituales". 

"Los animo a continuar por este camino: que todos, todos juntos, cultivando cada uno la propia espiritualidad y practicando la propia religión, podamos caminar en la búsqueda de Dios y contribuir a construir sociedades abiertas, cimentadas en el respeto recíproco y en el amor mutuo, capaces de aislar las rigideces, los fundamentalismos y los extremismos, que son siempre peligrosos y nunca justificables"; dijo Francisco.

Dos consignas para impulsar la unidad
Francisco pidió impulsar el camino de la unidad y de la armonía que ya se inició con la declaración, con dos consignas: "En primer lugar -explicó- siempre ver la profundidad, es decir, no quedarse en la superficie, como la mezquita y la catedral, bien delimitadas y frecuentadas por sus respectivos feligreses, sino el túnel que hay bajo tierra donde esas mismas personas diferentes se encuentran y pueden acceder al mundo religioso de los otros".

"Los aspectos visibles de las religiones -los ritos, las prácticas, etc.- son un patrimonio tradicional que hay que proteger y respetar; pero lo que está 'debajo, lo que corre bajo tierra, como el 'túnel de la amistad', podríamos decir la raíz común de todas las sensibilidades religiosas es una sola: la búsqueda del encuentro con lo divino, la sed de infinito que el Altísimo ha puesto en nuestro corazón", subrayó.

Con respecto a la segunda consigna hacia la unidad, Francisco aseguró que esta consiste en "cuidar las relaciones". "Tal como el túnel conecta y enlaza dos lugares diferentes, no se trata de buscar, a toda costa, puntos en común entre las diferentes doctrinas y confesiones religiosas, sino de crear una conexión entre nuestras diferencias y cultivar lazos de amistad, de reciprocidad".

"Son vínculos que nos permiten trabajar juntos, caminar unidos en la consecución de algún objetivo, en la defensa de la dignidad del hombre, en la lucha contra la pobreza, en la promoción de la paz. La unidad nace de los vínculos personales de amistad, del respeto recíproco, de la defensa mutua de los espacios y las ideas ajenas. Ojalá que puedan siempre cuidar de ello", continuó.

Que las diferencias no sean motivo de conflicto
El líder católico reiteró la necesidad de asumir con responsabilidad las grandes, y algunas veces, dramáticas crisis que amenazan el futuro de la humanidad, particularmente las guerras y conflictos, desafortunadamente alimentados también por las instrumentalizaciones religiosas; pero también la crisis medioambiental, que se ha convertido en un obstáculo para el crecimiento y la convivencia de los pueblos. 

Ante ese escenario, Francisco los animó a reforzar los valores comunes a todas las tradiciones religiosas, ayudando a la sociedad a "erradicar la cultura de la violencia y de la indiferencia".

La mina de oro de la unidad en la diversidad
El Santo Padre se despidió agradeciendo el camino común emprendido y exhortándolos a custodiar el mosaico de culturas, etnias y tradiciones religiosas; "una riquísima diversidad que se refleja también en la variedad del ecosistema y del ambiente circundante".

"Y si es cierto que poseen la mina de oro más grande del mundo, sepan que el tesoro más valioso es la voluntad de que las diferencias no sean motivo de conflicto, sino que se encuentren armónicamente en la concordia y el respeto recíproco. No pierdan este don", finalizó el Sucesor de Pedro.

FUENTE: aica.org