Cáritas Córdoba lanzó una campaña de donaciones para los afectados por los incendios en la región norte de Punilla, donde desde hace una semana bomberos y brigadistas combaten el fuego.
"Estamos en emergencia ambiental. Rogamos tengan a bien movilizar a sus comunidades para 'acudir' en auxilio de nuestros hermanos más castigados por este 'infierno'", pidió la organización caritativa de la Iglesia.
Cáritas Córdoba puntualizó que "mínimamente" se requieren cuatro cosas:
"Desde ya, muchas gracias por sumar y sumarse", expresó en la convocatoria.
La defensa de la vida de los bomberos
El arzobispo de Córdoba e integrante del Comité Interreligioso por la Paz (Comipaz), cardenal Ángel Rossi SJ, escribió una columna en el diario La Voz con el título "Gracias hermanas y hermanos bomberos", en la que agradece la labor de los brigadistas en la situación de emergencia actual.
"Un homenaje a todos los que por su misión han dejado el pellejo y la vida. Un saludo a todos sus familiares que, en medio del dolor, tienen que sentirse muy orgullosos", subrayó.
"Y de paso, discúlpennos, por favor, ustedes que apuestan descaradamente a la vida, a esta sociedad y dirigencia que, en cambio, se dedica a legalizar la muerte (aborto, eutanasia) y la salud espiritual y psicológica y a veces incluso física, de nuestros niños y jóvenes (apuestas de juego online)", diferenció.
El purpurado cordobés concluyó recordando: "No por nada en muchísimos de nuestros pueblos y ciudades, a la entrada suele estar el monumento al bombero voluntario y un poquito más allá, el monumento a la madre, ambos con un niñito en brazos, ambos dignísimos".
Columna del cardenal Ángel Rossi SJ
Dada la realidad durísima que estamos viviendo los cordobeses con los incendios, no quiero dejar pasar la oportunidad de agradecerles sincera y hondamente su servicio.
La verdad es que hoy en día los bomberos (hombres y mujeres) son una de las "poquísimas" instituciones en las que se puede confiar, dado su servicio incuestionable, intachable.
Gracias por su valentía, por su olvido de sí, priorizando al prójimo en peligro.
Gracias por su dignísimo anonimato, porque ustedes salen del anonimato (como en estos días), y después vuelven al anonimato.
Gracias porque dan la vida sin vueltas. A mí me queda grabada la imagen del atentado a las Torres Gemelas: mientras todos bajaban despavoridos por las escaleras, algunos de ustedes subían a contracorriente por ellas, porque en el piso 30 o 40 había una mujer mayor atrapada.
Ustedes nos han rescatado del fuego, nos han sacado de las aguas, han sacado nuestros niños por las ventanas, los han bajado por los balcones, se han cargado al hombro a viejitos inválidos, han ayudado a dar a luz a mujeres en situaciones de urgencia: en un auto o bajo un puente, muchas veces sin instrumentos, a puro amor y coraje.
Sus pupilas han visto quizás lo más doloroso de la condición humana.
Llegan donde nadie se anima, traspasan puertas sabiendo o intuyendo lo terrible que van a encontrar del otro lado
Los hemos visto cumplir su misión entre lágrimas, porque el coraje no les quita su humanidad y ellos y ellas también tienen hijos y nietos y padres y abuelos.
Un homenaje a todos los que por su misión han dejado el pellejo y la vida. Un saludo a todos sus familiares que, en medio del dolor, tienen que sentirse muy orgullosos.
Y de paso, discúlpennos, por favor, ustedes que apuestan descaradamente a la vida, a esta sociedad y dirigencia que, en cambio, se dedica a legalizar la muerte (aborto, eutanasia) y la salud espiritual y psicológica y a veces incluso física, de nuestros niños y jóvenes (apuestas de juego online).
No por nada en muchísimos de nuestros pueblos y ciudades, a la entrada suele estar el monumento al bombero voluntario y un poquito más allá, el monumento a la madre, ambos con un niñito en brazos, ambos dignísimos. HERMANAS, HERMANOS? MUCHAS GRACIAS.
FUENTE: aica.org