El papa León XIV se reunió este lunes 15 de septiembre -al día siguiente de su 70 cumpleaños- con 73 de sus hermanos agustinos, congregados en Roma para el capítulo general de la Orden, que se celebra del 1 al 18 de septiembre.
A cuatro días de concluir los trabajos, León XIV les propuso una reflexión sobre las vocaciones y la formación, invitándoles también a permanecer fieles a la pobreza evangélica y a su espíritu misionero.
"El capítulo general es una ocasión preciosa para orar juntos y reflexionar sobre el don recibido, sobre la actualidad del carisma y también sobre los desafíos y los problemas que enfrenta la comunidad", expresó el Papa e invitó a sus hermanos religiosos "a mirar dentro de sí mismos en su camino de fe", recordándoles al mismo tiempo que hacer esto debe llevarlos a salir "aún más motivados y entusiastas, en la misión".
Ama lo que serás
En ese contexto, el Papa León reflexionó a continuación sobre el tema de las "vocaciones y formación inicial", evocando una expresión de san Agustín: "Ama lo que serás".
"Me parece una indicación preciosa", dijo el Papa, "sobre todo para no caer en el error de imaginar la formación religiosa como un conjunto de reglas que observar o cosas que hacer, o incluso como un vestido confeccionado para llevar pasivamente".
En cambio, explicó, "en el centro de todo está el amor" y afirmó que la vocación cristiana en general -y la de los religiosos en particular- "nace sólo cuando se siente la atracción de algo grande, de un amor que puede nutrir y saciar el corazón".
Esto, añadió dijo León XIV, "debería llevar a los agustinos a preocuparse especialmente por ayudar a los jóvenes a abrazar su vocación y amar lo que pueden llegar a ser".
El amor es fundamental para la teología
Continuando su la reflexión sobre la importancia del amor para la vida religiosa, el pontífice recordó a los religiosos que el amor es también un criterio fundamental para el estudio de la teología y la formación intelectual. Nunca se puede llegar a Dios solo con la razón, sino que es necesario dejarse maravillar por su grandeza, examinar la propia vida y los acontecimientos externos para rastrear en ellos las huellas del Creador y, sobre todo, amarlo y hacerse amar.
El Santo Padre exhortó a los religiosos a "permanecer fieles a la pobreza evangélica y a asegurar que sea el criterio" de la vida religiosa, incluidos "los medios y las estructuras, al servicio de nuestra misión apostólica".
Reavivar el espíritu misionero
Finalmente, el Sucesor de Pedro destacó la vocación misionera de los agustinos, arraigada en su primera misión en el siglo XVI y llevada a cabo en todo el mundo con pasión y generosidad.
"Este espíritu misionero -dijo- no debe extinguirse, pues sigue siendo muy necesario hoy".
"Los animo a reavivarlo", continuó el Papa León, "recordando que la misión evangelizadora a la que estamos llamados exige el testimonio de una alegría humilde y sencilla, la disponibilidad al servicio y la participación en la vida del pueblo al que somos enviados".
El Santo Padre concluyó su intervención expresando su esperanza de que los agustinos "continúen el trabajo del Capítulo con alegría fraterna y con corazones dispuestos a acoger las sugerencias del Espíritu".
Asegurándoles sus oraciones "para que la caridad del Señor inspire sus pensamientos y acciones", los encomendó a la intercesión de la bienaventurada Virgen María y de San Agustín, y les impartió su bendición apostólica.
FUENTE: aica.org