"Tengan el valor de vivir la vida plenamente y a encender la luz de la esperanza en las horas más oscuras de la historia", animó este jueves el papa León XIV a los jóvenes estudiantes reunidos en el Aula Pablo VI, en el marco del Jubileo de la Educación.
El encuentro con los estudiantes reunidos en el Aula Pablo VI, así como en su atrio y en la plaza frente al edificio, estuvo acompañado de un enorme entusiasmo por parte de los jóvenes, quienes recibieron al Papa con aplausos y vítores ininterrumpidos. Antes de que comenzara el encuentro, León XIV se dirigió a los allí reunidos frente al aula, saludándolos y recordándoles las palabras bíblicas de que "los últimos serán los primeros".
A continuación, se dirigió al auditorio, donde lo esperaba una multitud de estudiantes, universitarios y delegaciones de profesores. Al dar la bienvenida a los jóvenes peregrinos, el Papa recordó su época como profesor de matemáticas. Les agradeció que hubieran aceptado la invitación a venir a Roma y los invitó a inspirarse en dos santos contemporáneos: Pier Giorgio Frassati y Carlo Acutis.
No te conformes con las apariencias, sino enciende la esperanza
Al señalar a San Pier Giorgio Frassati como modelo para los jóvenes, León XIV los animó a, como el joven italiano, tener el valor de vivir plenamente y no conformarse con las apariencias o la moda. Los invitó a hablar con Dios sobre sus anhelos de "algo más" y a esforzarse constantemente por lo trascendental, "encendiendo la luz de la esperanza en las horas oscuras de la historia".
La educación: el camino para cambiar el mundo
"Qué hermoso sería que algún día su generación fuera reconocida como la "generación plus", recordada por la "aceleración" que podrán aportar a la Iglesia y al mundo", dijo el Papa a los jóvenes. Subrayó que esta no es una tarea que deba emprenderse en solitario, sino en comunidad y a través de la educación, que es uno de los "instrumentos más bellos y poderosos para cambiar el mundo".
León XIV pidió a los jóvenes que iniciaran juntos una nueva fase de educación, en la que todos, jóvenes y mayores, se convirtieran en "testigos creíbles de la verdad y la paz". Los llamó "defensores de la verdad" y "constructores de la paz" y les pidió que, junto con sus iguales, fueran testigos diarios de estos dos valores.
Crea constelaciones que guíen el camino
Haciendo referencia a las palabras de San Juan Enrique Newman, quien afirmó que "el conocimiento se multiplica al compartirse", el Papa animó a sus oyentes a crear -como las estrellas que forman constelaciones y guían a los marineros- "constelaciones educativas" que guíen al mundo. Apoyándose en sus conocimientos matemáticos y físicos, les recordó a los jóvenes que existen cuatrillones de estrellas en el universo, de las cuales solo las constelaciones más cercanas son visibles.
"Según los campesinos andinos que conocí como misionero en Perú, el cielo es un libro abierto que marca las épocas de siembra, las épocas de esquila, los ciclos de la vida. Incluso los Reyes Magos siguieron una estrella para llegar a Belén y rendir homenaje al Niño Jesús", dijo León XIV, animando a los jóvenes a reconocer las "estrellas guía" en sus vidas, incluidos padres, sacerdotes y educadores, y a convertirse en guías para otros, juntos, no solos.
"Cada uno de ustedes es una estrella, y juntos están llamados a dirigir el futuro. La educación une a las personas en comunidades vivas y organiza las ideas en constelaciones significativas", afirmó.
El primer reto educativo: la esfera espiritual
El pontífice comparó la educación con un telescopio a través del cual uno puede, como Galileo, "descubrir nuevos mundos". "Así que no se detengan a mirar su teléfono inteligente y sus fragmentos de imagen increíblemente rápidos: miren al cielo".
Luego se refirió a las prioridades del Pacto Mundial por la Educación, impulsado por el papa Francisco en 2020, identificadas por los propios jóvenes. La primera es la educación, que moldea la vida interior.
"Podemos saber mucho del mundo y no conocer nuestro corazón: incluso ustedes han experimentado este vacío, esta inquietud que no nos da paz", dijo, enfatizando que la fuente de este estado, así como del sufrimiento y la violencia, puede ser el vacío provocado por la incapacidad de la sociedad para educar a los jóvenes en la esfera espiritual.
El segundo reto educativo: la educación digital
"No dejen que un algoritmo escriba su historia", advirtió el Santo Padre, refiriéndose a otro desafío educativo: la educación digital. Sus palabras sobre la importancia de que los jóvenes no se dejen explotar por la tecnología fueron recibidas con un estruendoso aplauso.
Llamó a la inteligencia artificial rerum novarum, algo nuevo en relación con lo cual estamos llamados a cultivar, entre otras cosas, la inteligencia espiritual y emocional. "Aprendan a humanizar la realidad digital", invitó a los jóvenes. "En lugar de ser turistas en internet, sean profetas en el mundo digital". Señaló a san Carlos Acutis como guía en este desafío.
Tercer desafío: la educación para la paz
En conclusión, refiriéndose a la situación mundial actual, el Papa subrayó que la "educación para una paz desarmada y desarmante" es el camino para construir un futuro que garantice no solo la paz armada, sino también una vida digna e igualitaria para todos los jóvenes. "Con gran confianza, los animo a ser constructores de paz, sobre todo en sus hogares: en sus familias, en la escuela, en el deporte y entre amigos, tendiendo la mano a quienes provienen de otras culturas".
FUENTE: aica.org
Redacción
|
redaccion@airesdelinterior.com