Es la flamante norma de trasplante de órganos, tejidos y células. Avanzó, en votación dividida, la creación de un nuevo colegio de profesionales, en este caso el de Higiene, Seguridad y Salud Ocupacional.
El caso de Justina Lo Cane aceleró el tratamiento y aprobación de la ley en el Congreso de la Nación, a la que ahora adhirió la provincia de Santa Fe.
Sobre tablas y por unanimidad, la Cámara de Diputados votó la adhesión de la provincia a la llamada Ley Justina, que dispone -entre otras cosas- que todas las personas mayores de 18 años sean donantes de órganos o tejidos, salvo que en vida dejen constancia expresa de lo contrario. Además votó y giró al Senado otras adhesiones a normas nacionales relacionadas a la temática sanitaria como la 26.689 que promueve el cuidado integral de la salud de las personas con enfermedades poco frecuentes, y a la 26.958 que establece el tercer domingo de noviembre de cada año como “Día mundial en recuerdo de las víctimas de accidentes de tránsito”.
Fue en el marco de la sesión Ordinaria donde la Cámara Baja completó la sanción de cinco leyes originadas en el Senado y dio media sanción a la creación del Colegio de Profesionales de Higiene, Seguridad y Salud Ocupacional. También avanzó con el proyecto de etiquetado de eficiencia energética de viviendas. En cambio, la discutida reforma a la ley de fitosanitarias fue postergada por dos semanas en búsqueda de un acuerdo entre las posturas fuertemente enfrentadas sobre límites a los aeroaplicadores y distancias de separación con los ejidos urbanos para aplicar agroquímicos.
La radical Victoria Tejeda pidió votar la adhesión a la ley Justina. Ella encabezó uno de los tres proyectos presentados, los otros son de Gabriel Real (PDP) y de Cesira Arcando (Cambiemos). Son apenas dos artículos: adhesión a la norma y dejar la aplicación en manos del Ministerio de Salud.
“La donación de órganos es fundamental para la cura de muchas patologías. Se puede donar en vida o también una vez fallecido y, de cualquier modo, es un acto tan altruista como necesario. En los últimos años se han multiplicado las campañas de concientización sobre la importancia de la donación de órganos y tejidos, y, si bien se logró un muy buen nivel de conciencia general, el desconocimiento sobre el lugar y la forma de realizar los trámites necesarios para registrarse como donantes voluntarios sigue siendo una barrera a la hora de manifestar la voluntad del posible donante”, señaló la diputada corondina. Dio datos del INCUCAI donde hoy 7.781 personas necesitan un transplante para salvar su vida; 1.395 ya fueron transplantadas este año merced a 581 donantes.
La norma sancionada este año por el Congreso de la Nación establece que “toda persona mayor de edad que no esté incapacitada puede decidir donar sus órganos tras su muerte, con esta ley además se mantiene la posibilidad de realizar la ablación de órganos y/o tejidos sobre toda persona capaz mayor de 18 años, que no haya dejado constancia expresa de su oposición a que después de su muerte se realice la extracción de sus órganos o tejidos”.
“Gracias Justina” remató su discurso Real quien recordó que ni bien sancionada la norma, la propia Cámara de Diputados había expresado mediante una declaración el beneplácito por el voto. También hablaron Alicia Gutiérrez (SI) y Sergio Más Varela (Cambiemos) para brindar respaldo.
La norma también impone la obligación a los profesionales médicos de notificar al INCUCAI los tratamientos de diálisis que le realicen a un paciente, o cuando le indiquen la realización de un trasplante. Además, establece que para asegurar la calidad de todo lo relativo a donación y trasplante, se deberá destinar como mínimo un 20% de los recursos del Fondo Solidario de Trasplantes a capacitación.
La norma nacional marca los derechos de los donantes y receptores a la intimidad, la integridad, la confidencialidad, la información y el trato igualitario. También establece la prioridad de traslado en forma aérea o terrestre de los pacientes que están en el medio de un operativo de donación.
Justina Lo Cane, una menor de 12 años murió en noviembre pasado en la Fundación Favaloro mientras aguardaba un trasplante de corazón y su caso motorizó el dictado de la nueva norma nacional.