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El informe, producido por el Instituto de Economía y Paz (IEP), mide el estado de paz en tres dominios: el nivel de seguridad social y protección, la extensión de conflicto doméstico e internacional en curso, y el grado de militarización.
Según los resultados de este año, el nivel promedio de paz mundial se deterioró un 0,42%, mientras que Islandia sigue manteniendo su posición desde 2008, como país más pacífico del mundo.
En el informe también se reflejan importantes mejoras para varios indicadores de seguridad y protección, incluyendo el impacto del terrorismo y la tasa de homicidios. Varios países de América Central y el Caribe registraron reducciones en el número de homicidios, aunque la región aún tiene la tasa de homicidios más alta en promedio de cualquier área en el GPI.
El continente europeo es hogar de siete de los diez países más pacíficos del mundo. Los otros países que completan el ranking se encuentran en la región de Asia-Pacífico:
Oriente Medio y Norte de África siguieron siendo las regiones menos pacíficas del mundo, y son el hogar de cuatro de los diez países menos pacíficos. Sin embargo, también fueron la región con mayor mejora en paz.
Por octavo año consecutivo, Afganistán aparece como el país menos pacífico del mundo. A este le siguen: Yemen, Siria, Sudán del Sur y la República Democrática del Congo. La guerra entre Rusia y Ucrania impacto directamente sobre la paz mundial de ambos países, deteriorándola.
Con respecto a la mayor mejora en la paz, Libia lidera el ranking por segundo año consecutivo, seguida de Burundi, Omán, Costa de Marfil y Afganistán.
Durante los últimos 15 años, el mundo se volvió menos pacífico, con el puntaje promedio deteriorándose en un 5%. De los 163 países del GPI, 95 registraron deterioros, mientras que 66 registraron mejoras.
Además de la guerra en Ucrania, varios conflictos fueron devastadores: 2022 fue el año más mortífero en conflicto armado desde el genocidio de Ruanda en 1994, el año más mortífero en la historia del GPI. Esto fue impulsado por más de 100.000 muertos en la guerra de Tigray en el norte de Etiopía.
Frente a estos alarmantes resultados, quienes compilaron este reporte aseguraron que “tanto la violencia como la paz pueden ser contagiosas. Las acciones en una región o país pueden extenderse a regiones y países limítrofes, que conducen a virtuosismo o círculos viciosos donde la paz y el conflicto se mueven en tándem”.
Europa del Este es un claro ejemplo ya que los cambios en un país provocaron grandes disminuciones en la paz de los países vecinos. La anexión por parte de Rusia de Crimea en 2014 condujo a un aumento en la militarización en Ucrania, Bielorrusia, Lituania, Letonia y Estonia, con gastos militares y relaciones entre países vecinos deteriorándose.
Por este motivo, se alerta sobre la necesidad de una respuesta sistémica para la construcción de la paz de manera urgente. “El conflicto se está intensificando en varias regiones, y las muertes relacionadas con los conflictos aumentan rápidamente. La diferencia entre los países más y menos pacíficos sigue creciendo, y aunque muchas medidas de militarización han mejorado en los últimos 15 años, la proliferación de tecnologías militares avanzadas más baratas, la creciente competencia geopolítica, y una subyacente corriente de inestabilidad política en muchos países significa que un continuo deterioro de la paz mundial parece probable”.
FUENTE: canal26.com
