El Papa Francisco dirigió un saludo a la comunidad católica de Vietnam con motivo de la aprobación del Acuerdo entre el Gobierno de la República Socialista de Vietnam y la Santa Sede sobre el Estatuto del Representante Pontificio Residente en ese país.
La carta del Santo Padre, dirigida a los obispos, sacerdotes, personas consagradas y fieles del Pueblo de Dios en Vietnam, subraya la importancia permanente del amor como medida de la fe. "El amor es la medida de la fe, y la fe es el alma del amor, sin olvidar nunca que el amor a Dios y al prójimo son dos caras de la misma moneda", escribe.
La adopción de este acuerdo marca un paso significativo en la relación en curso entre la Santa Sede y Vietnam, reflejando las relaciones positivas que se han desarrollado en los últimos años. En particular, la visita oficial del presidente Vo Van Thuong al Vaticano en julio sirvió como símbolo de esperanza para una continua colaboración y entendimiento mutuo.
En su carta, Francisco destaca la importancia de esta visita al afirmar que "este encuentro tiene un significado especial en el proceso de fortalecimiento de las relaciones entre la Santa Sede y Vietnam".
El pontífice también reconoce el coraje, la tenacidad y el sentido de familia del pueblo vietnamita, cualidades profundamente apreciadas por la Iglesia. Subraya la importancia del diálogo y la búsqueda del bien común, incluso frente a las diferencias, y elogia el trabajo en curso del Grupo de Trabajo Conjunto Vietnam-Santa Sede.
"Aunque cada uno de ellos procedía de contextos y experiencias de vida diferentes, ello no les impidió buscar juntos el mejor camino para el bien del pueblo vietnamita y de la Iglesia", señala.
Haciendo referencia a las enseñanzas de san Juan Pablo II, Francisco subraya el papel de los católicos como miembros de la Iglesia y ciudadanos de Vietnam, y pide a los fieles que se "comprometan lealmente en la construcción de una sociedad justa, solidaria y equitativa", haciendo hincapié en la colaboración y el diálogo.
Las palabras de Benedicto XVI también encuentran eco en la carta papal, al subrayar el deseo de la Iglesia de colaborar con los líderes del gobierno, "sólo desea poder desempeñar un papel justo en la vida de la nación, al servicio de todo el pueblo, en un espíritu de diálogo y colaboración respetuosa".
El Papa subraya la importancia de la caridad y el servicio, especialmente en tiempos de crisis como la pandemia del Covid-19. Elogia a la comunidad católica por sus contribuciones a la sociedad y su dedicación a los vulnerables y necesitados.
"La Iglesia en Vietnam, con el aliento de cada Obispo y de la Conferencia Episcopal Vietnamita, ha demostrado ser un fermento en la sociedad, acompañándola en su desarrollo y contribuyendo a su progreso como creyentes fieles, responsables y creíbles", escribe.
"Los obispos vietnamitas recordaron esto en su carta pastoral publicada este año, que se centró en fomentar la participación en la vida de la comunidad a través del amor mutuo, la escucha sincera y los actos de caridad, mostrados también hacia aquellos que no comparten la misma fe, y en el cuidado de los más vulnerables y necesitados", dijo el Papa.
Están llamados a llevar las enseñanzas de Jesús
El Santo Padre describe a sus hermanos y hermanas de Vietnam, los fieles católicos, como personas siempre dispuestas a responder eficazmente a las necesidades cotidianas de los demás y a participar en la construcción del bien común en todos los ámbitos de la vida social del país".
"Están llamados a llevar a cabo la enseñanza de Jesús de ser "la luz del mundo y la sal de la tierra", les recuerda y agrega: "Dejar que su luz brille ante los demás para que vean sus buenas obras y den gloria a su Padre que está en los cielos".
Francisco concluye su carta invocando las palabras de san Juan XXIII, subrayando la importancia del amor en las relaciones entre las personas y las naciones.
"Lo que caracteriza principalmente al amor es que atrae a hombres y mujeres de todo tipo, sinceramente unidos por los lazos de la mente y de la materia; y ésta es una unión de la que pueden brotar innumerables bendiciones", cita.
Por último, el Papa reza para que Dios ilumine y guíe a la comunidad católica de Vietnam, para que den testimonio del amor y la caridad de Jesucristo para gloria de Dios.
"Al concluir esta carta fraterna, deseo que ustedes, queridos obispos, sacerdotes, consagrados y consagradas, y fieles laicos, sigan con valentía el ejemplo de Cristo", sostiene.
"Que Nuestra Señora de La Vang, la amada patrona de Vietnam, vele e interceda por la Iglesia católica y la nación, trayendo bendiciones y abundantes gracias para todos", concluye.
FUENTE: aica.org