Los principales destinatarios de esta iniciativa son los niños internados o aquellos que soportan largas horas en salas de espera, a quienes se les lleva el arte clown, momentos de alegría, música y color ayudándolos a vivir experiencias diferentes a esa realidad adversa.
Este proyecto propone que los clowns sean profesionales y no voluntarios porque entiende que las situaciones hospitalarias son muy complejas y poseen un alto grado de sufrimiento y, por ende, se requiere de personas altamente capacitadas para trabajar.