El papa León XIV recibió este lunes al patriarca de la Iglesia Asiria de Oriente, Mar Awa III y a los miembros de la Comisión Mixta Internacional para el Diálogo Teológico entre la Iglesia Católica y la Iglesia Asiria de Oriente. Durante la audiencia destacó los grandes logros del diálogo mantenido en los últimos años..
La disputa duró 1.500 años
La Iglesia Asiria de Oriente es una comunidad antigua que hunde sus raíces en el apóstol Santo Tomás. Durante siglos, se identificó con el nestorianismo. Sin embargo, como señaló el Papa, la firma de una declaración cristológica conjunta en 1994 resolvió una disputa que había durado 1500 años.

En los años siguientes, ambas Iglesias llegaron a un reconocimiento mutuo de los sacramentos. León XIV agradeció a los teólogos su "inestimable contribución y esfuerzos conjuntos, sin los cuales estos acuerdos doctrinales y pastorales no habrían sido posibles".
Buscamos un modelo de plena comunión
El Santo Padre enfatizó que el último tema fundamental del diálogo es la propia Constitución de la Iglesia. "El principal desafío ?enfatizó- es trabajar juntos para desarrollar un modelo de plena comunión, inspirado en el primer milenio y, al mismo tiempo, una respuesta prudente a los desafíos de nuestro tiempo. Como mis predecesores enfatizaron repetidamente, dicho modelo no debe basarse en la absorción ni la dominación, sino en promover el intercambio de dones entre nuestras Iglesias, recibidos del Espíritu Santo para la edificación del Cuerpo de Cristo.
Con la ayuda de nuestros santos
León XIV recordó que el año pasado, san Isaac de Nínive, uno de los padres más importantes de la tradición asiria, fue inscrito en el Martirologio Romano. El Papa enfatizó que son las oraciones de los santos de ambas Iglesias las que nos sostienen en nuestra búsqueda de la unidad.
"Que por su intercesión, los cristianos de Oriente Medio den siempre fiel testimonio de Cristo resucitado, y que nuestro diálogo acelere la llegada del día bendito en que celebraremos juntos en el mismo altar, participando del mismo Cuerpo y Sangre de nuestro Salvador, 'para que el mundo crea'".
FUENTE: aica.org
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