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"Acá empezamos hace 10 años cuando llegué como cura y era un centro de evangelización para los barrios Malvinas y Orsi, pero con el tiempo al crecer ambos lugares con nuevas familias y se sumó a ello la devoción al Santo San Cayetano, todo se hizo más grande" comentó en Aires del Interior.
"El Padre Carlos Tibaldo, que estuvo 40 años acá y es muy recordado, había iniciado la idea de hacer capillas en los barrios ante el crecimiento de la ciudad de San Justo. Así es que surgieron Inmaculada en barrio Reyes, San José Obrero en el norte, Sagrado Corazón en el sur, Fátima en Matadero, Itatí en otra zona y acá San Cayetano. En este caso curge como centro de evangelización pero hay mucha gente que se ha sumado y hoy es una Capilla que no para de crecer y venimos avanzando de a poco con las obras, y nos quedan algunas pendientes en el altar y también el piso" aseguró.
En diálogo con Gustavo Galoppo agregó que "nosotros hacemos beneficios, entre otros la venta de chacinados dos o tres veces al año, que nos aporta a muy buen precio un carnicero de la zona, y la gente los compra para secarlos y consumirlos como salamines caseros. Con eso avanzamos mucho para construir la capilla, y ahora lanzamos la campaña del banco, que permite ordenar el lugar y ubicar a la gente. Para ello -agregó- arreglamos con un herrero y carpintero con un monto simbólico de 150.000 pesos por banco, y tenemos que hacer 30 o 40 bancos. Cada banco tendrá para sentarse, apoyarse y arrodillarse y entran 6 personas en cada uno. Para los que quieran colaborar pueden llamar al teléfono de la Parroquia La Merced como punto de contacto y es el 3498427515. Lo pueden donar como familia, o en grupos de amigos, peñas, barrios, para poder llegar al monto".
"San Justo creció mucho y en la ciudad tenemos la Parroquia del centro más varias capillas como ya comenté. Hay más de 600 chicos en la catequesis y es difícil el trabajo en tantos barrios y lugares, pero es una comunidad que está viva y muy participativa" comentó.
En relación a los hogares de recuperación de adictos destacó que "empezamos con una rama del Buen Samaritano, que funcionaba en Malabrigo con el padre Néstor Vera, y un muchacho de acá de San Justo se recuperó de su adicción en Malabrigo. Así arrancamos con una casa en Luciano Leiva y otra en San Bernardo. Pero con el fallecimiento del padre Vera -agregó- el Buen Samaritano decide achicarse y entonces nos sumamos a la Asociación Civil Juan Diego en Santa Fe y la casita de Guadalupe, para un formato de acompañamiento de los chicos adictos en las distintas etapas. Así es que sumamos otra casa más en San Bernanrdo y ya están los primeros egresados, que hicieron el caminito completo que les lleva entre 12 y 14 meses. Cada adicto tiene un servidor que los orienta y acompaña y el trabajo que se hace es la huerta" concluyó en la tarde de la Nueva Nueve.