Francisco emprende su visita en medio de altas medidas de seguridad y en plena pandemia, con el fin de reconfortar a una de las más antiguas comunidades cristianas del mundo.
El avión del Sumo Pontífice despegó en la madrugada del viernes, 5 de marzo de 2021, de Fiumicino, el principal aeropuerto de Roma. Francisco, de 84 años, aseguró que realizará esta primera visita de un Papa a Irak como "peregrino de la paz." Asimismo, dijo que tenderá la mano a los musulmanes chiitas en un encuentro con el gran ayatolá Alí Sistani, la máxima autoridad religiosa de esta rama del islam.
Durante esta visita de tres días por varias ciudades, el Papa se encontrará con poca gentepara recibirlo, debido a un confinamiento total decretado en el país, donde el número de casos ha batido esta semana un récord desde el inicio de la pandemia, con más de 5.000 contagiados diarios.
Viaje marcado por la pandemia
El jefe de los 1.300 millones de católicos del mundo, que ha dicho sentirse "enjaulado" en los últimos meses en un Vaticano a cámara lenta por la pandemia, iniciará en vehículo blindado un viaje sin gente, "virtual" para los iraquíes que lo seguirán por televisión, y principalmente por aire. El helicóptero o el avión papal sobrevolará a veces zonas donde se esconden todavía yihadistas del grupo Estado Islámico.
En las etapas del viaje, se congregarán solo unos centenares de personas, con excepción de la misa del domingo en el estadio de Erbil, en el Kurdistán, en la que participarán varios miles de fieles que han reservado su plaza con antelación. El programa papal es ambicioso e incluye Bagdad, Nayaf, Ur, Erbil, Mosul y Qaraqosh. Recorrerá 1.445 km en un país que hace solo dos días fue golpeado por disparos de cohetes, último episodio de las tensiones irano-estadounidenses que siguen latentes en Irak.
Este primer viaje al extranjero en quince meses permitirá al Papa ir al encuentro de una pequeña comunidad de fieles en las "periferias" del planeta, que es lo que más le gusta. Como siempre hace, Francisco empezará con un discurso ante los dirigentes iraquíes. Más allá de las dificultades de seguridad o económicas que sufren los 40 millones de iraquíes, hablarán sin duda del traumatismo adicional de los cristianos.
FUENTE: ellitoral.com